Diario del Gato: 10 de febrero de 2020

Hoy fue un día caluroso y, como es costumbre, mis humanos dejaron el calentador ya apagado bajo la ventana angosta que mira hacia el sur. Me gusta sentarme ahí y sentir el viento de la tarde. Nadie sabe de la fruición que me trae su caricia de primavera prematura. Aunque los días vienen cada vez más con un aire envenenado.

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